Prosa

In Extremis

Esto debe ser el fin. Me estoy adormeciendo, me siento débil, mis ojos siempre activos se comienzan a cerrar y ya mi cuerpo se cansó de pelear. No sé cómo llegué aquí, sólo sé que ya no podré salir, intenté asirme de algo, pero mi lucha fue en vano, mis pulmones se inundaron con las cálidas aguas saladas de este mar.
Ya no hay dolor, siento que floto, que me trasportan, veo una luz delante, me dirijo hacia ella y escuchó una voz lejana, espectral que dice:
_ ¡Mozo! Hay una mosca en mi sopa.

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Hoy regresé

Hoy regresé después de un tiempo, de unos años o décadas y vi que ya nada era igual, ya nada era lo mismo y en algunos casos era hasta lo contrario.
Hoy regresé y vi que aquel bar que solimos frecuentar, hoy era una tienda de ropa; Y vi que la plaza ya no tenía esos bancos rayados donde escribimos nuestros nombres y la vieja palmera ya no estaba ahí y en su lugar había una fuente: Y vi que la calles estaban asfaltadas en su gran mayoría; Y no vi a niños jugando en ellas.
Hoy regresé y vi a algunos de mis compañeros/amigos de la secundaria; Y vi que cada uno había tomado un camino distinto, unos tenían familias consolidadas, algunos seguían solteros otros eran exitosos en sus trabajos y otros no tanto; los vi y vi que ya no eran los mismos con los que solía divagar. (Quizás en algún rincón de cada uno de ellos).
Hoy regresé y vi la casa donde crecí, la vi cayéndose a pedazos y con gente desconocida en su interior, el viejo patio donde solía correr y jugar a la pelota, hoy no es más que ayer y un montón de pastizal.
Hoy regresé y te vi muchos años después; Y vi que estabas igual que siempre hermosa con la cara llena de paz y arrugas; Y vi que te costó reconocerme, lo noté en tu expresión un poco avejentada ya; Y vi que dos niños iban de tu mano y supe que eran tus nietos, que habías seguido adelante y eso me dio alegría por ti y pena por mí.
Hoy regresé y supe que tu felicidad ya no era la mía como alguna vez lo supo ser.
Hoy regresé sólo para darme cuenta de que nunca me había ido...